Hace 16 años | Por .hF a lasprovincias.es
Publicado hace 16 años por .hF a lasprovincias.es

Los dolores de cabeza de Santiago Calatrava con la pasarela de Bilbao, estirada y resbaladiza a su pesar, o con el palacio de las artes de Valencia, inundado por sorpresa, no son nada comparado con la monumental empanada que tiene montada en Venecia, donde cada día le salen con una. La pasarela de acero que ha ideado para el cuarto puente del Gran Canal, el primero moderno, sigue dándole disgustos. Llevan doce años y no lo acaban, la inauguración se va aplazando y el gasto se ha triplicado sin control.

Comentarios

erbauer

Hacen bien an vigilarle, cree que su obra está por encima de las necesidades de los usuarios (enfermedad de arquiteco) y podría llegar a pasar como en oviedo Las torres de Calatrava amenazan el reconocimiento monumental de Oviedo por parte de la Unesco

Hace 16 años | Por .hF a elcomerciodigital.com

.hF
D

Más de la mitad de los tensores y chuminadas que incrementan el precio de sus obras no sirven para nada, os lo digo yo que estudio eso.

.hF

#2 Teniendo en cuenta que primero diseña y luego manda sus diseños a que se los calculen... poca coherencia estructural cabe esperar.

En fin... Calatrava. Al que los arquitectos llaman ingeniero y los ingenieros le llamamos arquitecto. Por algo será.

.hF

#3 Efectivamente. En todo caso eso no pasaría si esa "enfermedad de arquitecto" no se contagiase tan fácilmente a la clase política y estos últimos cumpliesen con su deber. Precisamente, de todo eso va el artículo que menciono en #1.