Las asociaciones de vecinos de Madrid denuncian que los recortes han provocando un aumento de la suciedad en las calles y parques de la capital. Y temen que con el nuevo contrato de limpieza, con el que Ana Botella pretende ahorrar más de 600 millones, las cosas empeoren. Papeleras llenas, contenedores a rebosar, basura por el suelo, parques descuidados, calles sin regar, mobiliario urbano roto… Madrid está muy sucia desde que hace dos años comenzaron los recortes y los vecinos de todos los barrios se quejan.
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