Hace 12 años | Por xpadim a yorokobu.es
Publicado hace 12 años por xpadim a yorokobu.es

Se acabaron las cabezadas con posturas imposibles que degeneran en tortícolis cuando no en aterrizajes cefálicos sobre el compañero de asiento. Las siestas en el Metro han entrado en una nueva era. Al menos, en el de Nueva York.