Desde hace doscientos dos años, en un lugar perdido de la costa danesa frente a la isla de Fionia, donde siempre llueve y hace frío, hay una tumba solitaria. Se llamaba Antonio Costa, y en 1808 era capitán del 5.º escuadrón del regimiento del Algarbe...Entonces el capitán Costa avanzó a caballo hasta los franceses y se declaró único responsable de todo, pidiendo respeto para sus soldados...Así que ya lo saben. Ésta es la historia de esa lápida pegada al muro del cementerio de San Canuto, en Fredericia, Dinamarca.
Comentarios
Esa palabra chirría. Tan fascista. (...) Lo mío es más simple: el capitán Costa me cae de puta madre. Su tumba solitaria me suscita un puntito de ternura melancólica.
A mí también me cae de puta madre
San Canuto?
San Canuto http://ec.aciprensa.com/c/canutoIVsan.htm
Ésta es la iglesia en cuestión: http://www.sanktknudskirke.dk/
Lo triste es que probablemente la mayoría de los que salvó no se lo merecía: seguirían jodiendo a los demás.