Unos padres inminentes están entrevistando posibles cuidadores para su bebé durante la jornada intensiva de la madre. Se presentan varias mujeres y un hombre. Todos desconocidos y con buenas referencias. Ya sólo que un hombre se presente a ese trabajo les sorprende. Tiene experiencia y parece buena gente y competente. Pero algo raro tiene que haber piensan esos padres futuros.
Interesante reflexión, aunque no estoy muy de acuerdo, ya que soy hombre y he hecho de canguro en varias ocasiones, si bien no como trabajo habitual.
Aunque tengo que reconocer que hay un asunto que si me preocupaba. Se trata de la empatía con los niños y bebes, ya que a veces la apariencia del hombre suele ser más seria y fuerte que la de las mujeres y los niños son reacios a tratar con nosotros.
#1 No creo que sea así. Hay de todo en esta vida, pero no diría que en general los hombres sean más rudos con los niños.
Los niños detectan si una persona les va ha tratar bien o no, son más conscientes de ello de lo que podemos creer, independientemente de su sexo. Hay muchas mujeres que son duras con los niños, y tambien hombres claro.
Quien diga que no se fia de un hombre canguro no puede luego quejarse del sexismo. Aunque sé que es algo incontrolable, como lo puede ser el machismo, homofobia, pedofilia o lo que queráis, también sé que es tremendamente discriminatorio y un puro prejuicio.
Sin ir más lejos, yo podría ejercer PERFECTAMENTE de canguro y soy un hombre.
Me quedo con este comentario (aunque corrigiendo los errores, esa tarGeta duele verla y el qual... ouch):
"Da igual hombre o mujer, lo importante es tener alguna referecia sea qual sea el sexo. Yo no dejaria nunca a mi hija con un desconocido. Tengo que tener confianza con quien va a cuidar a mi peque, porque es lo más importante.
Antes de dejar a mi hija con alguien, pienso si le dejaria todo lo otro que tengo incluso la targeta visa, si pasa la prueba le dejo a mi hija."
Lo peculiar del asunto es que, los mismos que se mostrarían reticentes a contratar a un hombre como canguro, probablemente no tendrán ningún problema en contratarle como profesor particular, y dejar a su hijo a solas con él...
En mi opinión, es cuestión de sexismo puro y duro, que desafortunadamente aún (nos) afecta a muchos.
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Interesante reflexión, aunque no estoy muy de acuerdo, ya que soy hombre y he hecho de canguro en varias ocasiones, si bien no como trabajo habitual.
Aunque tengo que reconocer que hay un asunto que si me preocupaba. Se trata de la empatía con los niños y bebes, ya que a veces la apariencia del hombre suele ser más seria y fuerte que la de las mujeres y los niños son reacios a tratar con nosotros.
#1 No creo que sea así. Hay de todo en esta vida, pero no diría que en general los hombres sean más rudos con los niños.
Los niños detectan si una persona les va ha tratar bien o no, son más conscientes de ello de lo que podemos creer, independientemente de su sexo. Hay muchas mujeres que son duras con los niños, y tambien hombres claro.
No debería ser un problema.
Quien diga que no se fia de un hombre canguro no puede luego quejarse del sexismo. Aunque sé que es algo incontrolable, como lo puede ser el machismo, homofobia, pedofilia o lo que queráis, también sé que es tremendamente discriminatorio y un puro prejuicio.
Sin ir más lejos, yo podría ejercer PERFECTAMENTE de canguro y soy un hombre.
Me quedo con este comentario (aunque corrigiendo los errores, esa tarGeta duele verla y el qual... ouch):
"Da igual hombre o mujer, lo importante es tener alguna referecia sea qual sea el sexo. Yo no dejaria nunca a mi hija con un desconocido. Tengo que tener confianza con quien va a cuidar a mi peque, porque es lo más importante.
Antes de dejar a mi hija con alguien, pienso si le dejaria todo lo otro que tengo incluso la targeta visa, si pasa la prueba le dejo a mi hija."
Lo peculiar del asunto es que, los mismos que se mostrarían reticentes a contratar a un hombre como canguro, probablemente no tendrán ningún problema en contratarle como profesor particular, y dejar a su hijo a solas con él...
En mi opinión, es cuestión de sexismo puro y duro, que desafortunadamente aún (nos) afecta a muchos.