El pequeño detalle que se le escapa al Presidente, obviamente, es que la inflación es casi siempre un fenómeno monetario nacida de un banco central un poco demasiado amigo de imprimir moneda...
Para un casi-lego en economía, estos artículos son un placer porque se entienden perfectamente. Tan bien se entienden (es el ABC de la inflación), que no se entiende que gobiernos de estados ricos y soberanos, con un montón de asesores y ministros, metan la pata con la regulación de precios y la fabricación de papel moneda. Se empieza fabricando billetes para pagar a los trabajadores propios y se acaba yendo a la compra con un carretillo de billetes.
La verdad, esto ya aparecía en un cómic de "Mortadelo y Filemón" editado por el Banco de España en los años 80, para formar/informar a los escolares en principios básicos de la economía. Recuerdo la máquina (literal) de fabricar dinero, Mortadelo y Filemón con el doble de billetes y, al salir a hacer la compra, todos los precios al doble que el día anterior.
Por favor, alguien que el envía el cómic a los gobiernos venezolano y argentino.
Personalmente no acabo de estar de acuerdo con eso de que la inflación es casi siempre consecuencia de que el banco central imprime demasiada moneda, pero da igual. Si la subida de precios es consecuencia de la escasez de X (falta de oferta) o de que todo el mundo quiere comprar X (exceso de demanda) imponer un precio máximo por decreto tampoco cambia nada: digamos que hablamos de café. Tanto si el problema es que una mala cosecha ha causado la escasez como si es que se ha puesto de moda y todo el mundo quiere beber ocho tazas al día, imponer un precio máximo por decreto no va a hacer que aparezca más café.
En realidad, ocurriría todo lo contrario: con un precio alto los comerciantes traerían café de otros países, aliviando la escasez. El precio máximo artificialmente bajo en cambio asegura que seguirá escaseando incluso si no aparece un mercado negro... que siempre aparece.
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Para un casi-lego en economía, estos artículos son un placer porque se entienden perfectamente. Tan bien se entienden (es el ABC de la inflación), que no se entiende que gobiernos de estados ricos y soberanos, con un montón de asesores y ministros, metan la pata con la regulación de precios y la fabricación de papel moneda. Se empieza fabricando billetes para pagar a los trabajadores propios y se acaba yendo a la compra con un carretillo de billetes.
La verdad, esto ya aparecía en un cómic de "Mortadelo y Filemón" editado por el Banco de España en los años 80, para formar/informar a los escolares en principios básicos de la economía. Recuerdo la máquina (literal) de fabricar dinero, Mortadelo y Filemón con el doble de billetes y, al salir a hacer la compra, todos los precios al doble que el día anterior.
Por favor, alguien que el envía el cómic a los gobiernos venezolano y argentino.
Personalmente no acabo de estar de acuerdo con eso de que la inflación es casi siempre consecuencia de que el banco central imprime demasiada moneda, pero da igual. Si la subida de precios es consecuencia de la escasez de X (falta de oferta) o de que todo el mundo quiere comprar X (exceso de demanda) imponer un precio máximo por decreto tampoco cambia nada: digamos que hablamos de café. Tanto si el problema es que una mala cosecha ha causado la escasez como si es que se ha puesto de moda y todo el mundo quiere beber ocho tazas al día, imponer un precio máximo por decreto no va a hacer que aparezca más café.
En realidad, ocurriría todo lo contrario: con un precio alto los comerciantes traerían café de otros países, aliviando la escasez. El precio máximo artificialmente bajo en cambio asegura que seguirá escaseando incluso si no aparece un mercado negro... que siempre aparece.