Una vez más, aquellos que se postulan en posesión de la verdad “única” y valedores de la dignidad humana, atentan de lleno contra los más débiles e intentan condenar al ostracismo a una realidad que, por evidente, resulta difícil explicar. Pero esto no es algo gratuito porque este tipo de manifestaciones son abono para frenar los avances en derechos civiles y para posicionamientos médicos obsoletos que eran los mismos que, hasta hace no mucho, consideraban la homosexualidad una enfermedad.
Comentarios
Lo que distorsiona el bien de las personas son esas creencias arcaicas que impiden a los ciudadanos tener los mismos derechos.
Por culpa de las religiones hay países donde se mata a las personas que no viven la sexualidad según sus normas ¡eso si es una aberración!
Ojalá tuviéramos un tribunal de derechos humanos competente, y que actuase.
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