En octubre de 2008, el bielorruso A. K. vio en Internet una oferta de 10.000 euros por un riñón. A. K. (el nombre de la víctima está protegido) necesitaba dinero para pagarse los estudios y atender a su padre enfermo. Así que accedió a vender un riñón a través de dos intermediarios, que le suministraron un primer pago de 6.100 euros y condicionaron el resto a que fuese capaz de encontrar a otros donantes.
Comentarios
Si las cosas no mejoran en España, este podrá volverse un caso típico.
#1 ¿que te hace pensar que las cosas van a mejorar?
Y piensa que si hay un mercado nacional de órganos, al menos un político en el poder va a estar en el ajo.