Cuatro días después de iniciar una huelga de hambre para conseguir la readmisión de un compañero despedido injustamente de Telefónica, el cansancio empieza a hacer mella entre los trabajadores. Los médicos les han aconsejado que reduzcan el ritmo de actividad, ya que desde entonces no han dejado de recibir visitas. La empresa, sin embargo, se niega a establecer ningún tipo de diálogo y considera el despido de Marcos Andrés Armenteros una cuestión cerrada.
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