¿A quién coño le importa los tibetanos? ¿Y José Couso? En cualquier caso, los genocidas y criminales del mundo, en lo que a España concierne, pueden descansar tranquilos. Por nosotros que no quede, podrán incluso visitar nuestro país sin desasosiego alguno, con alfombras rojas para que no se manchen al menos los pies, ya que nada podrá limpiar la sangre de sus manos. No obstante, me permito hacer la siguiente reflexión. Muy pocos son conscientes de la importancia sin parangón que posee la Declaración Universal de los Derechos Humanos...
Comentarios
¡ Todo por la pasta !, el lema de estos tiempos.
#2 La época que vivimos se estudiará en el futuro como el momento en el que definitivamente entregamos toda la soberanía a los mercados.
¡Si digo estúpido llamo tu atención, estúpido!
Independientemente de que todos estemos de acuerdo en que estos actos no pueden quedar impunes, yo, particularmente, entiendo el caso de Couso (por ejemplo), español sobre el que tenemos jurisdicción.
Pero no comparto ese ánimo de ocuparnos de los tibetanos. Hay que luchar por potenciar Juzgados internacionales, no juzgarlos aquí, ni mucho menos.
PS: Siempre voto negativo este tipo de titulares.
#3 Por supuesto, tu punto de vista es del todo respetable. Para mí, sin embargo, el compromiso con los derechos humanos debe considerarse tan universal como los mismos principios en los que se inspira. Para mí los derechos humanos o se aceptan con todas sus consecuencias, y me refiero a todas sus consecuencias universales, o son una farsa, un afán por permanecer en el área de confort, aburguesados y viéndolas pasar mientras estemos calentitos.