Esta semana ha muerto Marcel, el soldado cobaya que os presenté hace unos meses. Ya no podrá seguir contando al mundo cómo Francia lo mandó a los ensayos nucleares sin ninguna protección. No le ha ganado la batalla al cáncer, y tampoco al gobierno francés, que todavía no reconoce haber usado a los soldados como cobayas en sus primeras pruebas nucleares en Argelia, allá por los años 60.