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Beethoven fijó el estándar para finales sinfónicos sensacionales, exuberantes y ruidosos, y tras él la mayoría de compositores siguieron su ejemplo a menudo. Pero no siempre.

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Traducción con muestras en youtube:

Beethoven fijó el estándar para finales sinfónicos sensacionales, exuberantes y ruidosos, y tras él la mayoría de compositores siguieron su ejemplo a menudo. Pero no siempre. He elegido cuatro ejemplos de grandes sinfonías que terminan suavemente. Las pondré en orden cronológico.

La Tercera Sinfonía de Brahms, escrita en 1883, tiene un montón de música vigorosa en su último movimiento. Cerca de la conclusión cita un tema escuchado en el primer movimiento y entonces termina suavemente. No hay sensación de que esté alargado; parece una conclusión natural para lo que ha pasado antes.



La Sexta y última sinfonía de Tchaikovsky (1893) ha sido llamada una nota de suicidio. No sé si será cierto, pero el último movimiento entero parece tratar de la muerte. La sinfonía sencillamente muere. El muy energético tercer movimiento es seguido por un bello adagio.


La última sinfonía terminada de Mahler (1910), su Novena, sobrepasa todo lo que se pasía hecho antes en cuanto a suavidad. Su final es tan tranquilo que cuesta saber cuando termina exactamente. Interpretado apropiadamente, es una experiencia excepcional y profundamente emotiva. Es otra sinfonía sobre la muerte.


La Cuarta Sinfonía de Shostakovich es la más inusual que escribió. La terminó en 1936, pero no se estrenó hasta 1961. El comppositor se había metido en un serio problema con Stalin, que se consideraba a sí mismo un gran crítico musical. Si Shostakovich no lo hubiera cancelado su estreno podría haber causado literalmente su muerte. La obra tiene tres movimientos, es la más disonante que escribió y es un gigantesco laberinto. Necesita 100 músicos; sus movimientos impares duran 25 minutos cada uno y el central sólo 9. El último movimiento parece que va a tener una conclusión demoledora cuando de repente deriva en 6 minutos de tranquilidad. Ésta es la sinfonía de Shostakovich más influenciada por Mahler. Cuando escuches su final sabrás fácilmente por qué.


(Aunque más que tranquilo yo diría que el final de la 4ª de Shostakovich es espeluznante. Toda una subversión de los finales sinfónicos épicos.)