El Ascenso de Skywalker marcó un fin desolador para una saga iniciada en 1977: un intento apanicado de satisfacer a fanáticos tóxicos que se niegan a dejar ir la historia hacia nuevos rumbos. Pero cuando todo parecía perdido, The Mandalorian recordó por qué esta historia aún puede tener un futuro brillante.
#8 No entro ya en el abuso de los términos, que seguro que también los hay. Pero es cierto que ha habido fans que han criticado ciertas películas en base a criterios machistas, racistas o de inmobilismo.
La cosa ha empeorado (gracias, J. J. Abraams), pero la saga ha tenido inconsistencias desde siempre, desde su primera película allá por los 70. Y a nivel argumental nunca fue ninguna maravilla.
Se ha endiosado una saga y con ello se justifican comportamientos troll que no veríamos alrededor de otras películas malas.
Disclaimer: en mi opinión, cualquier historia, o película, donde el malo es malo simplemente por serlo... tiene todos los números de ser mala, aunque la gente la aclame.
#9 Anda que no hay malas actuaciones y agujeros de guión en esas películas como para tener que decir que son malas por dos personajes secundarios que apenas aparecen en pantalla.
Aun así siguen siendo parte de una saga de 9 películas, gusten o no.
#11 Es que Star Wars, desde 1977, siempre fue una película para niños. Otra cosa es que nos traiga buenos recuerdos a los adultos que la vimos de niños entonces. Pero es lo que es, no nos engañemos.
Eso si el pastizal que se han dejado en influencers lloronas diciendo que era lo mejor del mundo...si en vez de invertir tanto en lamer el culo a los influencers con viajes regalos y demas prebendas otro yoda les hubiera cantado, porque no nos engañemos casi todo el hype de la mandolina es por el puto baby yoda.
Comentarios
>Fanáticos toxicos.
También conocido como "Paso de admitir que los últimos Jedi no tiene puto sentido"
#2 La ultima peli es un desastre, pero lo de los fanáticos tóxicos también es cierto.
#5 también la acusación de Tóxico a quien se atreviese a criticar Las decisiones de Ryan Johnson.
#8 No entro ya en el abuso de los términos, que seguro que también los hay. Pero es cierto que ha habido fans que han criticado ciertas películas en base a criterios machistas, racistas o de inmobilismo.
La cosa ha empeorado (gracias, J. J. Abraams), pero la saga ha tenido inconsistencias desde siempre, desde su primera película allá por los 70. Y a nivel argumental nunca fue ninguna maravilla.
Se ha endiosado una saga y con ello se justifican comportamientos troll que no veríamos alrededor de otras películas malas.
Disclaimer: en mi opinión, cualquier historia, o película, donde el malo es malo simplemente por serlo... tiene todos los números de ser mala, aunque la gente la aclame.
Iniciada en 1977 y finalizada en 1983, el resto es basura.
#4 Un purista !!
#7 Y a mucha honra. Cuando vi a ese engendro digital que no sabe hablar y a R2D2 volar supe que todo había terminado.
#9 Anda que no hay malas actuaciones y agujeros de guión en esas películas como para tener que decir que son malas por dos personajes secundarios que apenas aparecen en pantalla.
Aun así siguen siendo parte de una saga de 9 películas, gusten o no.
#4 no es basura, en la segunda trilogía se cambió el público objetivo a niños. (que dan más pasta que los adultos en merchandaising)
Y para un adulto que disfrutó con la primera saga, pues si, putamierder, pero con 6 años, la ostia.
A mí no me ha gustado nada de la segunda y tercera trilogía, pero comprendo que yo no era el público objetivo.
#11 Es que Star Wars, desde 1977, siempre fue una película para niños. Otra cosa es que nos traiga buenos recuerdos a los adultos que la vimos de niños entonces. Pero es lo que es, no nos engañemos.
Eso si el pastizal que se han dejado en influencers lloronas diciendo que era lo mejor del mundo...si en vez de invertir tanto en lamer el culo a los influencers con viajes regalos y demas prebendas otro yoda les hubiera cantado, porque no nos engañemos casi todo el hype de la mandolina es por el puto baby yoda.
Anda que la turra que estais dando...
Típica patología de forma y fondo, donde importa más la fuente que el contenido. Y, claro, alma de censor.