Josep Xicola, dueño de Fincas Corral, desaparece dejando una estela de pufos. Dijo que venía a "animar" la economía española, a sanear empresas y crear empleo. Y hubo quien se lo creyó. Josep Xicola, tras tomar las riendas de Fincas Corral, pretendió hacerse hueco entre el empresariado constructor catalán. Se paseó por los despachos de grandes compañías en apuros para ofrecerse a quedárselas, pero sin poner un euro. Disfrutaba acudiendo a salones inmobiliarios, apareciendo en diarios y televisiones, pero el castillo de naipes se ha derrumbado
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