Hace 10 años | Por conversador a yorokobu.es
Publicado hace 10 años por conversador a yorokobu.es

Es la misma situación del clavadista primerizo que debe arrojarse hacia adelante para cumplir con su destino. Ubicado al borde mismo del peñasco, este se inclinará levemente hacia adelante, hasta no poder mantener el equilibrio y entonces ya no tendrá elección: deberá lanzarse al vacío. Idéntico es el salto mortal del inmigrante.