Hace 10 años | Por charnego a jotdown.es
Publicado hace 10 años por charnego a jotdown.es

De todos los disparates que han hecho mella en la lingüística, el más sonado fue el llamado «relativismo lingüístico» —equiparado en su paroxismo con la física relativista de Einstein— de Sapir-Whorf, según el cual todo nuestro pensamiento está estrictamente determinado por nuestra lengua materna. Un angloparlante puede referir a un vecin@ sin expresar su sexo. Esto no quiere decir que los ingleses no entiendan la diferencia que supone pasar la tarde con un vecino o una vecina ni que no puedan expresar esa distinción si les parece oportuno.

Comentarios

auroraboreal

Yo tampoco creo que sea microblogging y, desde luego, no creo que el autor del libro promueva en ningún momento el uniformismo lingüístico:

El título del post está en el texto literalmente, aunque en distintos párrafos:
--La segunda parte del libro, reverso de la primera, se ocupa de la influencia de la lengua materna en nuestra percepción subjetiva del mundo. De todos los disparates que han hecho mella en esta disciplina, el más sonado fue el llamado «relativismo lingüístico» —equiparado en su paroxismo con la física relativista de Einstein— de Edward Sapir y Benjamin Lee Whorf, según el cual todo nuestro pensamiento está estrictamente determinado por nuestra lengua materna, algo que solo es aproximadamente cierto

--¿Es la lengua producto de la naturaleza o de cada cultura? ¿Hasta qué punto una lengua expresa de forma particular una summa de conceptos universales? ¿Y si, por el contrario, tales conceptos dependieran del acervo del idioma, significaría esto que el conjunto de nuestro pensamiento se rige por la lengua materna y que conceptos transparentes para unas sociedades resultan opacos para otras? De estos y otros capítulos de la lingüística se ocupa El prisma del lenguaje de Guy Deutscher.


Para los que no hayáis leído el artículo, habla de un libro, el prisma del lenguaje, escrito por un lingüista israelí, Guy Deutscher y, la verdad, me parece un buen artículo y un libro que merece la pena leer:
El prisma del lenguaje no oculta la relativa frecuencia con que amplios sectores del gremio se han rendido, a lo largo del tiempo, tanto a los prejuicios de su disciplina como a la ley del péndulo: de un falso postulado aceptado por la generalidad de la profesión se puede saltar al postulado opuesto, tan inexacto como el primero.


En el libro parece que intenta aclarar algunos puntos que parece que aquí se dan por hechos (cosa que para nada parece ocurrir en el libro). Empieza desmintiendo tópicos sobre diferentes lenguas (que la gramática alemana sea propicia a la metafísica o que las tribus tropicales han prescindido de las vocales por holgazanería...).
Habla del asombro de Wilhelm von Humboldt al descubrir asombrado una lengua radicalmente distinta como era el vasco...

Después, en su primera parte, expone los dilemas centrales de la lingüística (la segunda parte del título del post) y comentan que no tener dos palabras distintas para el verde y el azul no significa que quien ve algo de cada uno de esos colores no distinga los matices, sino que, simplemente, considera que están en la misma categoría semántica (cosa que, para nada me parece una tontería. Se me ocurre, entre nosotros, que un andaluz sabe diferenciar perfectamente cuando llueve mucho o poco, menos, un poco más..., pero nunca tendrá tantas palabras para nombrar los distintos tipos de lluvia que los gallegos...) Y esta diferente categoría en la que se colocan las cosas también resulta en pautas cognitivas diferentes.

Y la segunda parte del libro, habla de la primera frase del título, "relativismo lingüístico". Y afirma literalmente que es un disparate eso de que todo nuestro pensamiento está estrictamente determinado por nuestra lengua materna. Y afirma que las diferencias entre las lenguas reside en en cuál es la información que cada lengua obliga a expresar a sus hablantes (lo de "ayer pasé la noche con mi vecino", que un inglés no tiene (si no quiere) que especificar el sexo y un hispanohablante o un alemán o un francés, sí...aunque tanto el inglés como el español (o el alemán o el francés) saben que hay vecinos masculinos y femeninos y que pueden (o no) existir diferencias relevantes.
Habla de que la clasificación en géneros no sigue una lógica estricta (es arbitrario decir que el sol es masculino o que la luna es femenino en algunos idiomas y en otros es al revés --en alemán, por ejemplo--) y que esto influye para atribuir a las "cosas" masculinas o femeninas cualidades que en una determinada cultura se entienden como masculinas o femeninas ( y lo aclara con algunos experimentos como la voz que elegían los franceses o los españoles para hacer hablar a un tenedor).

Luego habla de los colores... y,al final, admite las lagunas del saber en todos estos campos.

Lo dicho, a mí me parece un buen libro y un buen artículo si tienes interés por la lingüística.

lorips

Si fuera por los que promueven el uniformismo lingüístico como el señor #0 no sería posible hablar de esto. Cuando esta gente logre arrasar con todo no podremos distinguir entre lo universal y lo particular y no podremos avanzar en el estudio del Lenguaje Humano.

Paso de leer un texto que empieza con un concepto tan oscuro y manoseado como el de "lengua materna" como si tuviera alguna importancia.

La solución a esto es bastante simple y está superado: las lenguas codifican la realidad según las necesidades de los hablantes. No hay mas, si nos falta léxico lo inventamos o lo importamos de la lengua que nos aporta la novedad.

Lo bueno de esto es que si a un cateto le cuentas que los esquimales no ven todos los colores se lo cree y te puedes reír de él. Incluso hay quien defiende que esto hace imposible aprender otras lenguas y crea traumas en los niños.

Me río y me río y cuando termine lo leo.

charnego

#5 No. Aún así hay quien lo hace. (yo a veces, por ejemplo, pero intento que mis argumentos sean sólicdos)

#4 Doctor Lorips, le enviaremos a corregir a la lingüística. Es usted revolucionario. #nivelazo

lorips

#6 Positivo por reconocer mi superioridad intelectual. Estoy a su disposición.

D

#0 Título orignal: "El prisma del lenguaje: cómo las palabras colorean el mundo"

El título que le has puesto no aparece como tal en el texto. En el segundo párrafa aparecen estas preguntas:
¿Es la lengua producto de la naturaleza o de cada cultura? ¿Hasta qué punto una lengua expresa de forma particular una summa de conceptos universales? ¿Y si, por el contrario, tales conceptos dependieran del acervo del idioma, significaría esto que el conjunto de nuestro pensamiento se rige por la lengua materna y que conceptos transparentes para unas sociedades resultan opacos para otras?

charnego

#2 ¿y?
En ningún sitio se dice que el título del texto haya de coincidir con el del envío. Es más, en la mayoría, o al menos gran parte, de los envíos no es así.
En ningún sitio dice que ni entradilla ni título deba ser un copypaste literal del texto, es más, es recomendable, si así queda más claro el envío, re-redactar el texto y expresarlo con las propias palabras en lugar de cortar un párrafo que fuera de contexto pierda sentido.

Por otro lado, el título está literalmente en el texto (lo usa el autor para presentarlo) aunque en frases diferentes. Lo de "relativismo lingüístico" lo explica el texto, y creo que es conveniente para delimitar la temática del envío de forma muy excueta.
La entradilla es copypaste con alguna modificación porque no cabe todo, como la de decir "referir a un vecin@" en lugar de pegar la frase (en castellano y en inglés) original del texto que no cabía.

No sé, es que tu apunte me parece un poco absurdo y ridículo y me da la impresión con que se trate simplemente de que no te gusta lo que dice el texto. Y así defender que se vote negativo, como has hecho, una noticia meramente divulgativa. Cosa, que de ser así, es bastante triste.

D

#3 Para empezar no se necesita argumentar los negativos, te he avisado porque a tiempo estas de arreglar el microblogging.

N

No lo he leído pero la capacidad de hablar y la capacidad de crear un lengua es producto de la naturaleza, los lenguajes son producto de la convivencia humana PERO NO de la cultura. La cultura y el lenguaje se influyen mutuamente pero ninguno de los dos son producto del otro.