Ya he contado alguna vez por aquí, el gusto que tenía la Inglaterra Victoriana por las peleas de animales. Tan peculiar divertimento tendría su punto final en el acta contra la crueldad de animales de 1835 donde se prohibía este tipo de “deportes”. Sin embargo, por algún raro motivo, hubo una “especialidad” que fue considerado un juego de apuestas y escapó de esta prohibición. Fueron los Rat-Baiting o Rat-Pits, pozos repletos de ratas donde un perro debía de matar el mayor número de ellas en el menor tiempo posible.
Comentarios
Una no deja de aombrarse cada día. Muchas gracias por el enlace, desconocía esta práctica. Ya se sabe la afición de los ingleses por las apuestas.
la verdad es que es siempre una gozada leer este blog...
Interesante. También los dos primeros comentarios a la noticia.
Meneo.
Y me guardo el blog en favoritos