Hace 11 años | Por --80001-- a hablandodeciencia.com
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Los sombrereros del siglo XIX usaban compuestos de mercurio en el procesado de las pieles para fabricar sombreros de fieltro. Así el mercurio era absorbido por la piel y los pulmones, acumulándose en el cerebro dónde dañaba las neuronas. Por ello, el divertido y particular personaje realmente padece una patología denominada mercurialismo, la cual se caracteriza por la pérdida de piezas dentales, temblores, espasmos musculares, cambios de personalidad, depresión, irritabilidad y nerviosismo.