Una investigación canadiense sostiene que leer una historia literaria corta aumenta la comodidad del lector con la ambigüedad. ¿Te sientes incómodo con la ambigüedad? Es una condición común, pero muy problemática. La compulsión para sofocar ese malestar puede llevar a juicios rápidos, pensamiento rígido, y la toma de malas decisiones. Según un estudio de la Universidad de Toronto las personas que acaban de leer un cuento tienen menos necesidad de lo que los psicólogos llaman "clausura cognitiva."
Comentarios
#7 Y el Quijote. Y Cien Años de Soledad. Y La Montaña Mágica.
La ficción enriquece, y mucho.
#9 No sé de qué hablas. Bueno sí, Quijote, yo veía los dibujos animados: un sonao que se cree que los molinos son gigantes. Algo patético y sin imaginación. Para ver sonaos con más gracia me pongo Alguien volo sobre el nido del kuko.
#3 Sí, pero no te pierdes nada. Plantea un futuro utópico, pero no está bien resuelto. Voy a ver qué me leo ahora.
#6 Prueba con la historia oficial del 23-F. Esa sí que es una ficcionaca guapa.
No os metaís con Bigotito, solo quiere demostrar que el artículo tiene razón.
#10 Grazias.
Creo que leer (casi lo que sea) ya aumenta la capacidad cognitiva. El lector, cuando lee ficción, tal como dice el artículo, no necesita llegar necesariamente a una única conclusión, como sería el ensayo por lo que deja abiertas todas las posibilidades.
A parte, en las buenas novelas en las que puedes llegar a simpatizar con diferentes personajes, puedes ver su punto de vista, eso potencia la capacidad de empatizar.
Conclusión: leer es bueno, también ficción.
¿Leer ficción? Ni que tuviésemos 12 años.
#1 Perdona pero somos muchos los que nos gusta leer ficción y tenemos más de 12 años. Sin ir más lejos yo ayer me acabé el programa del PP.
#2 ¿Programa del PP? ¿Acaso existe?
#1 Ficción. Como casi todos los bestsellers: novela, ciencia ficción, erótica, de caballerías, etc. En contraposición de ensayos y tomacos de materia lectiva pura y dura.
#4 Y como la mayoría de los premios Nobel de Literatura.
#4 Y Teo en el circo, que también es ficción, o Harry Potter, que es lo que mola en Menéame (bueno, ahora Juego de Trontos).