Un ejemplo de esto es la investigación, desarrollo e innovación: en lugar de fomentar la I+D+i de verdad y exigirle resultados (dentro de lo que se puede; obviamente la investigación básica por definición no puede garantizar resultados), subvencionamos acciones supuestamente de I+D+i que no son otra cosa que reventa de resultados de I+D+i de otros países. De la falta de medios para la I+D+i real ya hablaremos otro día.
Soy informático, he trabajado en varios proyectos de I+D para empresas subvencionados por el estado y todos eran un timo.
En varios mi trabajo fue preparar documentación haciendo como que había algo de investigación detrás, pero te dabas cuenta de que nadie ni leía lo que preparabas. En general lo que querían era el gasto para renovar equipos o hacer pagos corrientes metiéndolos como parte de la investigación.
La universidad a veces falla en investigar. Pero dar subvenciones es aún peor. Al menos en la universidad se reparte por igual y a veces cae en buenas manos. Las empresas sin embargo se especializan en obtener subvenciones, con lo que aquellas con buenas intenciones quedarán fuera.
El problema de las subvenciones es que tienen a caer en cazadores de subvenciones profesionales, ya sea en el cine (falseando datos de taquilla), en el campo (plantando olivos sin intención de que produzcan), en academias (dando cursos de FPO de calidad infame) o en chiringuitos incalificables varios.
Pero si incluso el ministerio de defensa introduce partidas de gasto en mantenimiento técnico como si fuera I+D.
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Soy informático, he trabajado en varios proyectos de I+D para empresas subvencionados por el estado y todos eran un timo.
En varios mi trabajo fue preparar documentación haciendo como que había algo de investigación detrás, pero te dabas cuenta de que nadie ni leía lo que preparabas. En general lo que querían era el gasto para renovar equipos o hacer pagos corrientes metiéndolos como parte de la investigación.
La universidad a veces falla en investigar. Pero dar subvenciones es aún peor. Al menos en la universidad se reparte por igual y a veces cae en buenas manos. Las empresas sin embargo se especializan en obtener subvenciones, con lo que aquellas con buenas intenciones quedarán fuera.
El problema de las subvenciones es que tienen a caer en cazadores de subvenciones profesionales, ya sea en el cine (falseando datos de taquilla), en el campo (plantando olivos sin intención de que produzcan), en academias (dando cursos de FPO de calidad infame) o en chiringuitos incalificables varios.
Pero si incluso el ministerio de defensa introduce partidas de gasto en mantenimiento técnico como si fuera I+D.
Este país es el coño de la Bernarda.