El PP difunde, amplifica, esparce anti-política porque sabe que es un fenómeno que no afecta a su electorado, pero sin embargo está destruyendo a la izquierda. La anti-política siempre acaba sus recorridos en la dictadura. Da igual que sea “de los mercados” y se llame “tecnócrata” a su ejecutor o que sea populista y se llame tercera posición a su ejecutor (un saludo Rosa Díez), la anti-política siempre acaba en una dictadura.
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