Hace 11 años | Por DexterMorgan a elsalvador.com
Publicado hace 11 años por DexterMorgan a elsalvador.com

Beatriz (nombre ficticio), una joven de 22 años que padece lupus e insuficiencia renal y que lleva en su vientre a un bebé al que no se le ha formado el cerebro, está en el centro de la polémica entre quienes le aconsejan el aborto y quienes la disuaden y le dicen que busque otras opciones. Mientras las autoridades del Ministerio de Salud (Minsal) y organizaciones pro aborto respaldan a la paciente para que termine con el embarazo, la Asociación de Bioética de El Salvador considera que no se puede salvar a uno y matar a otro directamente.

Comentarios

DexterMorgan

A estos extremos de ignorancia peligrosa y fanática se acaba llegando cuando se legisla en base a libros sagrados.
A tratar de salvar la vida de un ser que nacerá cerebralmente muerto.

Luego tenemos los comentarios de la propia noticia, en los que por no "matar a un bebé" sugieren que simplemente lo tenga, y se muera "naturalmente" y listo. Parece que la vida de la madre no es importante.

Shikamaru18

Que decida el doctor House

D

Los comentarios de la noticia tambien son la ostia.

ipanies

Esto es lo que quiere la iglesia catolica española y sus perritos PPeros, que ascazo.

pkreuzt

Pero el doctor Carlos Alvarenga, representante de la Asociación de Bioética de El Salvador, dijo que "desde la perspectiva bioética se debe preservar la vida tanto de la madre como del hijo.
Para Alvarenga, "hay que dejar que evolucione el embarazo".
El galeno criticó que se genere una disyuntiva de este tipo, entre el derecho de uno en menoscabo de otro.


¿Y qué quiere él que se haga, si esa disyuntiva existe? ¿Cerrar los ojos y hacer como que no existe? Si piensa que esto es "voluntad de dios", no se para que se mete a médico. Que no haga nada y se dedique a esperar esa voluntad.

ur_quan_master

Mientras, en El Salvador, hay niños qué mueren de hambre...

ur_quan_master

estoy en contra de la pena de muerte, salvo para estos criminales qué no tienen reparo en condenar al sufrimiento al prójimo por defender sus creencias personales.