Durante décadas, los científicos han sabido que las ratas que están infectados por toxoplasmosis actuan de manera extraña. Mientras que un roedor sano le tiene miedo al olor de un gato, una rata infectada con toxoplasmosis busca a los gatos y éstos a menudo les atacan infectándose a su vez, cuyas heces infecta a más ratas, completando el ciclo de vida de la toxoplasmosis. El parásito manipula a los roedores impulsándoles a sacrificarse para propagar la infección. Desgraciadamente, la toxoplasmosis también afecta al cerebro humano.
|
etiquetas: toxoplasmosis , cerebro , ratas , humanos , parasito