John Pinone cogió un avión y se plantó en Madrid. Su carrera en la NBA había acabado casi antes de empezar, como sucedía con tantos y tantos proyectos universitarios. Hablamos de los tiempos en los que no había 30 equipos profesionales sino apenas 23 y por lo tanto muchas menos plazas para los jornaleros que no se adaptaban rápidamente a sus nuevos entrenadores.