Malos tiempos para el diario francés Libération. Si, el jueves, los trabajadores del rotativo se declararon en huelga exigiendo la dimisión del consejero delegado Nicolas Demorand y el director general Philippe Nicolas, hoy se han rebelado contra el proyecto empresarial que pretende convertir al medio en "red social" desde la portada: "Somos un periódico, no un restaurante, no una red social, no un espacio cultural, no un estudio de televisión, no un bar, no un vivero de empresas", advierten.
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