¿Has visto el documental Inside Job? Si lo has visto, te habrás fijado en la escena en donde un juez cuestiona a las agencias de rating por haber emitido buenas notas a los paquetes de hipotecas subprime, que han desgastado la economía global de manera endémica. Las agencias, a su vez, alegan que no tienen ninguna responsabilidad sobre las notas que exhiben, o las decisiones que se toman a partir de ellas. Es decir, según las mismas agencias, no hay que fiarse de una agencia de rating para tomar una decisión.
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Una vez descubierto todo el pastel que se había montado con las subprime y con los inversores a punto de morderles sólo tienen una opción, convertirse en directores de la orquesta. Es decir, en lugar de prescriptores de inversión se han convertido en la máquina que tira de los grandes inversores, decididos a recuperar las pérdidas. Es una situación de partido amañado, damos poca credibilidad a la deuda de un país para a continuación invertir, digamos moderadamente, en esa deuda, para no levantar sospechas, provocamos con el rating negativo que otros inversores se alejen de esa deuda, aumentando la necesidad de emisión de deuda, hasta incluso llevar a esos países a un estado de supuestra quiebra técnica, momento en el cual la inversión será a saco, para obtener gran parte de la riqueza de ese país. Si no, no se comprendería en absoluto que los USA tengan el rating que tienen con una perspectiva de quiebra tan clara, ya que los inversores tienen muchos intereses en ellos.
Llevo mucho tiempo preguntándome para qué están estas agencias, cuando ellas mismas valoran su opinión como eso, una opinión. ¿Debemos tener miedo a una opinión?
La impresión que llevo es que quieren mantener el control de estas opiniones, cómo si fueran los únicos que pudiesen opinar, y cómo si esta opinión pudiera manipular todas las decisiones económicas por el mundo. ¡Es increíble!
financieros al cadalso Ya!