En la ciudad de Buenos Aires se ubicó en los años 20 un concesionario de Chrysler gracias a la inversión de Hermanos Resta y el arquitecto italiano Mario Palanti. Proyectado originalmente en 1927 se conoció como "Palacio Chrysler" ya que la firma concesionaria "Resta" dedicaba su actividad económica a la venta de automóviles de dicha marca. La empresa de Federico Bence fue la encargada de construir el edificio.