[...] Había en España un grupo de gente que creía, y probablemente siga creyendo, que la llegada del PP al poder sería el principio del cambio maravilloso, el rigor, que nos sacaría de las crisis como, se piensa, nos sacó Aznar de la anterior. La gente de derechas planteaba que ellos realmente son mejores en esto de las políticas económicas, por un problema de voluntad política, de testosterona, de “confianza” y “credibilidad” y de que “Si pones cara seria, cosas mágicas suceden”, no que tuviera que ver con los apoyos parlamentarios.
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El mito del Aznar salvador siempre fue falso: El paro ya había empezado a bajar y el PIB a crecer dos años antes de las elecciones generales, y una vez que llegó a la Moncloa simplemente siguió haciéndolo. Su gran logro, la entrada en el euro, no se hizo a base de reformas que resolvieran los problemas del mercado laboral, la productividad o los déficits comerciales y financieros crónicos con el exterior, sino de sacar dinero de privatizaciones y fomentar el crecimiento basado en el aumento del endeudamiento privado (especialmente en pisitofília). El mejor ejemplo de que nunca fue un gran gobernante económico lo dió con la invención del sistema de déficit de tarifa eléctrica, con el que intentó esconder la inflación post-euro. Aznar simplemente fue un Zapatero algo más arrogante y con bigote que tuvo la suerte de vivir una buena época del Capitalismo Popular Inmobiliario.
C&P Existe un mito en el imaginario político español bastante curioso, creído a partes iguales por las bases de la izquierda y la derecha, que es la idea de que los gobiernos de derechas hacen política económica seria mientras que la izquierda se preocupa por los pajaritos, los gatitos, lo niños proletarios, la igualdá y lo “social
Dudo que quien crea en ese mito sea de izquierdas, en todo caso votante del PSOE, que no es lo mismo.