Hace casi un millón de años, un niño de unos 11 años, con una cara muy parecida a la de cualquier escolar del siglo XXI, corría, se bañaba en el río Arlanzón, aprendía y jugaba por la Sierra de Atapuerca y sus alrededores. Hoy muchos otros niños, del siglo XXI, se acercan allí para conocer su pasado.
Comentarios
El spam de ayer y de hoy: @rosatristan