Hace 12 años | Por imparsifal a jotdown.es
Publicado hace 12 años por imparsifal a jotdown.es

Es el caso de la poeta rusa Nika Georgievna Turbiná (1974-2002), estrella tan precoz que a su lado Rimbaud parece un aprendiz. Nacida en Yalta, a mediados de los setenta, Turbiná mostró ya al poco de nacer rasgos que tan bien podrían ser geniales como preocupantes. Con ocho meses balbuceaba sonidos que, según la leyenda familiar, parecían palabras rusas e inglesas, sin que supieran el origen de estas últimas. Durante año y medio cayó en un silencio absoluto hasta que a los dos años, de repente, empezó a hablar fluidamente en ruso con una natura

Comentarios

D

Pero tiene pinta de ser muy pedante y así como gótica, te la llevas al camastro y te empieza a hablar de metafísica y la muerte y el más allá... bufff

lentorro

La chica debía de ser una pieza de cuidado, pero el artículo y, supongo, sus poemas, merecen muy mucho la pena.