Hace 12 años | Por Arista a jotdown.es
Publicado hace 12 años por Arista a jotdown.es

En 1939, el poeta chileno Pablo Neruda se fue a Francia, cogió un barco llamado Winnipeg y rescató de los campos de internamiento, que algunos llaman de concentración, a 2200 refugiados españoles. Años después, el premio Nobel se referiría a este hecho de la siguiente manera: “Que la crítica borre toda mi poesía, si le parece. Pero este poema, que hoy recuerdo, no podrá borrarlo nadie”.

Comentarios

mmlv

El verano pasado, sin ir más lejos, el ayuntamiento de Villamayor de Calatrava, provincia de Ciudad Real, retiró una calle con su nombre, el de Neruda, aduciendo al efecto que era una persona, abre comillas, “no conocida”. Tuvo el honor de borrar lo que el poeta juzgó imborrable un tal Juan Antonio Callejas, alcalde pepero de esta localidad a la vez manchega y reconstructivista histórica, que además resolvió el empate en la votación consistorial ejerciendo el voto de calidad que le corresponde como primer edil, forma institucional de decir que por sus cojones.

anxosan

En España para tener una calle dedicada lo mejor es ser un hideputa genocida o un cantamañanas de baja estofa.

mmlv

¿Para que dedicar una calle a un Premio Nobel de Literatura pudiendo dedicarla a un militar genocida y semianalfabeto?

Españistán

D

Considerando que la gesta del Winnipeg, que si bien fue inspirada y brillantemente gestionada por Neruda, en realidad era parte de un ambicioso proyecto del Gobierno Chileno, para impulsar la industrialización del país, trayendo trabajadores republicanos calificados, algo tendrá que decir ante este agravio, supongo y espero, el Sr. Embajador de Chile en España.