Hace 11 años | Por elysia a cultura.elpais.com
Publicado hace 11 años por elysia a cultura.elpais.com

El historiador británico fallece a los 95 años en Londres tras una larga enfermedad. Fue autor de Historia del siglo XX. 1914-1991 y Guerra y paz en el siglo XXI.

Comentarios

charly-0711

#3 La BBC da otra versión http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/10/121001_hobsbawm_muere_perfil_dp.shtml
Tal vez por su filiación política fue que el marxista no llegó a ser profesor hasta 1970. Hobsbawm fue miembro del Partido Comunista británico y visitó varias veces el Kremlin, aunque más de una vez manifestó sus disgustos sobre el sistema comunista; en 1956, por ejemplo, se retiró del Partido después de que Nikita Krushev, líder comunista, les ordenó a sus tropas entrar con tanques a Budapest

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#6 ¿Como cuáles?

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#6 especialmente de nacionalistas, últimamente

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#19 Yo creo que Hobsbawm decía bastantes tonterías sobre nacionalismo, precisamente.

S

#21 Claro, claro. El comentarista independentista medio de Menéame tiene mucha más formación, estudio y prestigio internacional que el profesor Hobsbawm. Esto es muy de Españistán, sí

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#22 a) El prestigio no es un dato sujeto a análisis racional. Dejémoslo de lado.

b) Sobre los otros dos, no niego la erudición de Hobsbawm. Pero la erudición no lo es todo en el rigor histórico (o de otra cosa), sino también el hilo lógico con que el erudito expone sus datos. Y ahí, desde mi punto de vista, Hobsbawm ha metido la gamba en cuestión de nacionalismos. Me puedo explicar, no es que lo diga por decir.

S

#23 Explícate entonces, porque el profesor Hobsbawm se explica con cientos (digo cientos) de notas a pie de página cuando escribe

D

#25 Explícate entonces, porque el profesor Hobsbawm se explica con cientos (digo cientos) de notas a pie de página cuando escribe

Bueno, en Naciones y nacionalismo desde 1780 se explica más bien con pocas notas, y algunas de ellas gazapos. Trataré de explicarme con brevedad, ya que MNM no es para escribir un artículo académico.

Creo que Hobsbawm da un salto lógico, común a cierta parte de la historiografía contemporánea, a partir del famoso libro de Anderson, Comunidades imaginadas. Hobsbawm, y los que lo siguen, toman una concepción de Anderson, que en este estaba siendo usada como una figura de lenguaje, y la estira para darle un sentido literal, sin demostrarlo en hechos, o incluso contrariando los propios hechos.

De Anderson, muchos han entendido que al decir que las naciones son comunidades imaginadas quería decir que eran inventos. Esto no es lo que quiere decir Anderson (aunque tampoco lo excluya necesariamente), sino que las naciones modernas, por ser entidades que van, territorialmente, más allá de la experiencia física y directa que puede tener un individuo, solo pueden ser sentidas por este, en toda su extensión, haciendo uso de su imaginación (igual que yo solo puedo «experimentar» el olor de la superficie de luna por medio de mi mente, lo que no quiere decir que la luna no exista). Sin embargo, Hobsbawm y otros llevan ese concepto de imaginación a una nueva denotación, la de invención (o sea, creación «delirante», «fantasía» de los nacionalistas).

Para mí, aquí hay un propósito ideológico, derivado de la tradicional inquina que tienen los comunistas al nacionalismo, en tanto que (supuesta) ideología de «alienación». Hobsbawm pretende demostrar, de forma radical (diríamos, «de una vez para siempre») que la nación no solo es un constructo, sino que es solo es constructo y carece de cualquier base real.

Pero para hacer eso, tiene que demostrar una tesis de fondo, sumamente radical, que es la siguiente: la cultura y la lengua no generan, de modo alguno, identidades políticas comunes de manera espontánea. Ese vínculo político entre los miembros de una misma cultura solo ha sido una creación ideológica, y espuria, de la modernidad.

El corolario lógico de ese propósito ha de ser, en consecuencia, examinar la historia premoderna y buscar asociaciones entre supuestas identidades políticas y culturales en el pasado y «demostrar» que esas asociaciones son falsas y solo aparentes. Y para ello, aplica una lógica bastante peculiar. Por ejemplo, niega que el nacionalismo francés revolucionario tuviera un componente etnicista, pero no puede evitar la famosa cita de Barère («la reacción habla bretón, etc.»), y para contornear la formulación obviamente clara de un nacionalismo francés asociado a la lengua francesa, Hobsbawm hace unas piruetas retóricas y dice que el nacionalismo revolucionario francés no era étnico porque lo que lo definía era una «disposición para convertirse en francés», como si el hecho de que fuese asimilacionista le quitase su carácter étnico.

En otro punto, Hobsbawm dice que un autor (no me acuerdo quién, no tengo libros delante, lo siento) define a un determinado «pueblo» como gentes del campo que hablan cierta lengua, en lo que parece una formulación nacionalista clara (del tipo «el pueblo español habla español, el pueblo polaco habla polaco, etc.) Como para Hobsbawm antes del nacionalismo no habría identificación entre «lengua» y «nación» o «pueblo», lo resuelve interpretando que, según tal autor, el rasgo de hablar aquella lengua no sería «intrínseco» o «esencial» al pueblo. O sea, de la misma manera que a las enfermeras de un cierto hospital como «las mujeres que llevan bata verde», pero no es el hecho de que la bata sea verde, sino la profesión, lo que les da su carácter esencial de enfermeras: podrían llevar bata azul y seguirían siendo enfermeras igual. Hobsbawm hace esa interpretación: cuando antes de la era de los nacionalismos se decía que «tal pueblo habla polaco, o alemán, o sueco», esa descripción no sería entendida como una adjetivación de un rasgo esencial y definitorio de tal pueblo, sino meramente accesorio. Pero Hobsbawm no hace ningún análisis lingüístico para sustentar esa suposición; simplemente la suelta. El que tenga su mismo ánimo de querer «desmontar» las bases antropológicas del nacionalismo, se la creerá. Y quien no lo tenga, no se la creerá. Pero su teoría es fundamentalmente ideológica.

En fin, podría hacer un comentario extenso de la teoría del nacionalismo de Hobsbawm, pero sería prolijo y cansado. Espero que, a modo de nota y aclaración, sirva esto por lo menos.

S

#30 Yo no creo que Hobsbawm diga que las naciones sean simples inventos, lo que dice es que primero viene el sentimiento nacionalista (factor que tiene que ver más con la psicología social que con la historia) y después viene la nación. De todas maneras, hace muchos años que leí ese libro y te dejo el beneficio de la duda.

Coincido contigo en que Hobsbawm tiene un planteamiento marxista esencial para desconfiar de los nacionalismos, por eso me hacen mucha gracia los que se dicen nacionalistas de izquierdas, un verdadero oxímoron en Europa.

D

Un HISTORIADOR, con mayúsculas. No un historieteador, como hay tantos.

D

#2 Si por "historietas" entiendes las atrocidades cometidas por regimenes comunistas, es cierto, nunca le dió mucha importancia a las historietas.

Guillermo183

El mundo, y sobre todo la Historia, se han quedado un poco más huerfanos...

ColaKO

Le debo a este hombre y su libro "La era de las revoluciones" el aprobado en la oposición. Me tocó la Revolución Industrial. DEP

Hysbald

#0 Es HobsbawM con m al final.

elysia

#5 Cierto! Ya he pedido que lo cambien porque a mí ya no me deja

D

Pues debo reconocer que no conocía a este hombre,estuve viendo la wikipedia y me parece un personaje digno de lectura.
Me gustaría saber si alguien ha leído su libro Cómo cambiar el mundo, Marx y el marxismo 1840-2011 y qué le ha parecido.
Gracias.

#5 También he descubierto en la wikipedia la parte graciosa de su apellido: Hobsbawm (un error administrativo alteró su apellido paterno Hobsbaum)

D

#24 ¿Podrías dar nombres, por favor?

No, porque el concepto de «bueno» o «malo» es una cuestión en buena parte subjetiva, en la que no voy a entrar porque podríamos entrar en una disputa de nombres que no tiene que ver con el argumento, que para mí es el siguiente: consumimos autores sobre todo ingleses y estadounidenses porque su lengua se considera la «lengua internacional», y por eso ellos tienen más oportunidades para ser difundidos internacionalmente mientras que otros que escriben en alemán o en español pueden decir cosas tan interesantes (o más) pero no tienen dimensión internacional porque no vienen con el «prestigio internacional», que es dado por haber publicado en inglés.

Un ejemplo: hace un tiempo que tengo ganas de leer algo de Thilo Sarrazin (http://es.wikipedia.org/wiki/Thilo_Sarrazin). En Amazon no hay nada suyo en inglés; mucho menos en español. Sin embargo Thilo Sarrazin es conocidísimo en Alemania, y esa fama ha pasado fronteras: en la prensa española se hace referencia a las polémicas que generan sus libros. Pero esas referencias son, imagino, traducciones de las referencias periodísticas alemanas (o incluso inglesas), mientras que las referencias de primera mano no están disponibles para un público internacional, y por lo tanto no se pueden usar en un trabajo académico (salvo que uno sepa alemán).

En cambio, si Anthony Giddens (por decir alguien) publica cualquier cosa, por floja que sea, va a tener más espacio público internacional automáticamente, porque ese texto estará en inglés. De ahí, los puntos de vista escritos y publicados en inglés ganan espacio no por su calidad, sino fundamentalmente por su lengua. Lo mainstream anglosajón se convierte en mainstream mundial.

S

#27 Todo eso está muy bien explicado por usted, y por supuesto que cuento con que su criterio es subjetivo, pero al menos es una persona que demuestra criterio, y eso escasea por aquí. Con unos cuantos nombres de autores infravalorados, o incluso algunos sobrevalorados, me conformaba.

Controvertido personaje ha elegido: http://en.wikipedia.org/wiki/Thilo_Sarrazin (mucho más completo)

D

#29 Bueno, yo no soy historiador, pero en lo que sé (lingüística) tengo la opinión de que lo que se hace en sociología, o en ideologías lingüísticas, análisis del discurso, etc… en los países anglosajones está por detrás de cosas sabidas en las facultades de Europa continental desde hace tiempo. Pero posee un prestigio, precisamente, porque tiene prestigio en los USA/UK. Por ejemplo, últimamente se ven bastantes artículos de jóvenes doctorandos o profesores españoles que quieren hacer «historia social de la lengua» al estilo de un supuesto «nuevo enfoque» que fundaron (desde los estudios culturales) Peter Burke y Roy Porter, en The Social History of Language (http://www.amazon.com/History-Language-Cambridge-Studies-Literate/dp/0521317630). A mí este libro me parece entre normal y correcto sin mayor novedad y francamente flojo en determinados artículos. A mí me parece que la vieja «historia externa de la lengua», como se practicaba en España, Portugal o Francia hace cuarenta o cincuenta años, es más útil para que un estudiante aprenda.

Hay «sociolingüistas históricos» como James Milroy que son la biblia en los USA. A mí no me dicen nada, incluso dicen cosas realmente disparatadas. Dante Lucchesi me parece mucho más riguroso, pero… ¿quién va a decir que es mejor un tipo que escribe en portugués? Y después, en Brasil, una cita de autoridad de Milroy probablemente sirva para acallar una cita de autoridad de un autor del país: ¡el primero tiene prestigio internacional, y el segundo no!

jozegarcia

Curioso lo de El País "A pesar de que nunca renegó de su ideología comunista, su intelecto, su capacidad para analizar hasta el más mínimo detalle y al mismo tiempo su facilidad para sintetizar la historia le granjearon la admiración" http://cultura.elpais.com/cultura/2012/10/01/actualidad/1349086514_771066.html

El País se sorprende de que siendo comunista el tío sea inteligente, vaya contradicción ¿no?

errepece

Una pena. Muy recomendables sus clásicos tratados Primitive Rebels y Bandits sobre el bandidaje social. Descanse en paz, maestro.

D

Me extraña que con tanto intelectual de izquierdas como hay en Menéame esta noticia no esté todavía en portada. Deben de haberse ido todos a las manifestaciones para derrocar al gobierno burgués.

S

#10 porque somos poquísimos los que saben quien es y aún muchos menos los que le hemos leído

e

Controvertido? Claro, como no era seguidor del pensamiento único... que asco da el pais

D

#15 Hobsbawm seguía el pensamiento dominante (no único, que no existe, pues siempre hay más de una corriente de pensamiento). Por ejemplo, decía que las naciones son un invento contemporáneo.

mechd

EL historiador, con EL mayúscula. Podía poner en relación el colonialismo en el Sudeste asiático a principios del siglo XX con los problemas de las minorías nacionales del Imperio Austrohúngaro. Y la conclusión no era nunca un vago ejercicio intelectual, sino el análisis más evidente y más profundo de toda una época.

r

Esta noticia tendría que haber llegado a portada en menos de una hora, pero creo que están muy ocupados votando noticias del 25S o casi nadie tiene puta idea de quién es Hobsbawn.

S

#24 Hispanistas como los anglosajones no hay muchos, no.

rojo_separatista

Me he enterado hoy. Probablemente el mejor historiador del siglo XX.

D_Eon

Era uno de los ultimos grandes historiadores. No es que estuviera de acuerdo en todo, claro, pero merece la pena echarle un vistazo a sus obras. En la carrera era muy curioso hablar de él y descubrir que aun seguia vivo.

No deja de ser curioso como buena parte de los grandes intelectuales progresistas son anglosajones, mientras que sus naciones van contracorriente.

S

#18 mientras desconocemos a los buenos autores que no son anglosajones

¿Podrías dar nombres, por favor? Gracias de antemano.

iasubijana

Uno de los grandes

mopenso

Caramba, no hace falta discutir tanto. Debe ser difícil recorrer vitalmente el siglo XX y no tener una ideología. Lo triste es que para triunfar en el siglo XX debías carecer de ella.