Publicado hace 12 años por --136875-- a masabadell.wordpress.com

..Y si no que se lo pregunten al pobre Lucilio Vanini, un italiano carmelita que fue juzgado y condenado a muerte en uno de los procesos franceses más célebres de principios del siglo XVII. Vanini fue un viajero infatigable. Colgó los hábitos para hacerlo y después de dar muchos tumbos acabó afincándose en Toulouse. Allí se dedicó a impartir lecciones privadas donde exponía sus osadas ideas, de claro corte panteísta. Lo hizo sin buscarse el apoyo y protección de algún poderoso personaje de la ciudad francesa. Consecuencia:fue acusado de ateísmo