Hace 4 años | Por --507437-- a lasoga.org
Publicado hace 4 años por --507437-- a lasoga.org

El monte se ha convertido, o se está convirtiendo, en una especie de gimnasio gigante. Hay una religión moderna de la ascesis de la que el gimnasio es el templo, y el monte se está convirtiendo en la versión gigante y al aire libre de ese templo. El montañero que corre desplaza al que anda. La velocidad se impone sobre la no velocidad. Se imponen. Primero ellos y su reto, su desafío, y luego los demás, y si te cae una piedra, te jodes. El running impone su presencia.

Comentarios

s

#3 Una vida vacía que hay que llenar de alguna forma.

mikeoptiko

#3 La era del postureo, sin fecha de caducidad inminente por lo que parece.

marioquartz

#3 Vamos que si haces una foto es postureo y si no la haces eres un ser superior. Que gilipollez.

D

#15 yo no he dicho eso. Eso que dices si es una gilipollez

dropeador

Menuda peste a superioridad moral

Tuatara

He viajado a muchos lugares que no están en las guías, por motivos de trabajo. Y creo que debo tener 3 o 4 selfies para enviarle a mi madre. Que gusto el paseo, la reflexión, la observación. Qué poco nos dejan hacer eso hoy día. Nos obligan a apurar. No quiero.

Robus

"escuchadme! digo cosas!"

esejosele

Vamos ni puta idea de lo que es realmente el trail running ,no conozco a nadie que lo practique que piense si quiera en hacer las cosas que hace el y como,y todos son amantes de la montaña,a todos nos gustan los recuerdos ,pero no suben por la foto

v
D

#2 Esto es una entrevista a un escritor, así que aunque esté relacionado no salió.

D

Sinceramente, vaya turra de artículo.
Al segundo párrafo ya...

Opinión personal de ogro.

esejosele

#7 opino igual

patadevaca

Nadie lleva a la tintorería un frac alquilado...

D

Por suerte la montaña es peligrosa.

D

Menudo personaje. Tiene algo de razón de fondo, pero que un dominguero con sobrepeso se ponga a dar lecciones:

«Yo, personalmente, soy un dominguero del monte: solo me gusta ir cuando hace sol, cuando no hace demasiado frío ni viento y hay suficientes horas de luz. Pero si tuviera que citar qué me anima a madrugar para ir a la montaña, dudaría seriamente entre las vistas y la comida. El disfrute del banquete de la cumbre. Hoy, sin embargo, parece que muchos han pasado del queso y el vino al sobre de gel…»

Lo del banquete de cumbre no puede ser más cutre y opuesto a la mentalidad y hábitos del montañero serio, sea lento o rápido. El banquete no es parte del objetivo, es el impuesto que se paga (después) por mantener el cuerpo en funcionamiento. También será de los que sale a la montaña para justificar las tres cervezas de después. Es el "Uphill Homer Simpson".