Hace 9 años | Por lomejor a fronterad.com
Publicado hace 9 años por lomejor a fronterad.com

Ni el general Luciano Benjamín Menéndez, ni los ocho policías de la D-2 que llegaron para secuestrar al cura James Martin Weeks y sus seminaristas, imaginaron a una mujer abriéndoles la puerta de la casa.Menos se les pasó por la cabeza que Weeks hubiera nacido en un pueblo del estado de Massachussets, en Estados Unidos, llamado Clinton, donde el senador Edward Ted Kennedy era algo así como el segundo Dios, y la familia del cura, devota de dos religiones: la católica y la del Partido Demócrata. Eran las cinco y cuarto de la tarde del frío...