La Junta de Castilla y León decide construir un Hospital en Burgos. Se lo encargan a una UTE liderada por Méndez Pozo, constructor local, imputado y ex convicto, propietario de Televisión Castilla y León. Y le garantiza una rentabilidad sostenida del 6,9%. Para ello aprueba un modificado de 157 millones de euros y ata a la administración al plan de negocio de las constructoras hasta 2036.
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