El Tesoro no ha tenido problemas para colocar el máximo posible, incluso un poco más allá. No en vano, la rentabilidad que ha ofrecido es demasiado tentadora como para rechazarla, a lo que hay que sumar que el corto plazo se ha convertido en el papel preferido por los inversores. Así, España ha tenido que pagar un 179% más para vender 1.600 millones de letras a tres meses, mientras que el seis meses no ha ido mucho mejor, con la rentabilidad un 86% por encima de lo pagado hace un mes.
|
etiquetas: política , economía