Tenemos un espejo donde mirarnos, un país del primer mundo, democrático y moderno, devorado por la deuda. En estos tiempos conviene refrescar la memoria, y dejar de pensar “Eso no es posible”, porque no solo lo es, sino que lo tenemos a la puerta de casa.
Comentarios
A propósito: http://spedr.com/1q8ox