A principios de los 90, todo salón recreativo que se preciara, además de un buen puñado de máquinas convencionales, con sus sticks y dos o tres botones, debía tener dos o tres máquinas que llamaran poderosamente nuestra atención, más grandes, más caras y más bonitas, que nos tentaran a pagar el doble (incluso hasta 20 duros) por un rato de diversión. Aquí van unas cuantas máquinas que molaban un huevo...
Comentarios
¡El Operation wolf y el Gauntlet! Menudas picadas me metía yo en los "serrano" de Valencia al Gauntlet con los amigos
Que recuernos.
+1 Operation wolf
Joder es que a mi el Afterburner me ha tocao la patata.
Que tardes tan felices en La Bolera (Córdoba) jugando al Pang