"Ninguno de nosotros quería entrar. Los jefes llegaron con palos. Al final, nos obligaron a entrar" Ahora a chupar los ojetes de los "grandes empresarios".
Con megáfonos, los capataces les ordenaron que entraran y les recordaron, por si era necesario, que los que se quedaran fuera se quedarían sin paga.
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"Ninguno de nosotros quería entrar. Los jefes llegaron con palos. Al final, nos obligaron a entrar"
Ahora a chupar los ojetes de los "grandes empresarios".
Con megáfonos, los capataces les ordenaron que entraran y les recordaron, por si era necesario, que los que se quedaran fuera se quedarían sin paga.