Hace 14 años | Por Conan888 a ramonlobo.com
Publicado hace 14 años por Conan888 a ramonlobo.com

Tengo una amiga que sostiene que para vivir es necesario abrazar cuatro veces al día. Ella trabaja con niños con el síndrome de Down, personas que la sociedad adjudica una minusvalía cuando valen mucho más que los teóricamente sanos. Ellos, me dice mi amiga, mantienen valores que nosotros hemos perdido, quizá para siempre. Los niños Down son muy cariñosos. Les gusta tocar, sentir el contacto, el abrazo. Me gustan los africanos porque creen en el calor humano, que a través de la piel se transmiten miedos, alegrías, esperanzas.