Se creía que Júpiter y Saturno eran demasiado cálidos para crear diamantes. Mona L. Delitsky y Kevin H. Baines han compilado los datos recientes sobre el diagrama de fases del carbono y las han combinado con los diagramas de presión-temperatura de Júpiter y Saturno para calcular que los diamantes podrían llover en su forma líquida y flotarían sólidos en su interior profundo líquido. La máquina de fundir diamantes del laboratorio Sandia lo confirma. Serían tan grandes que podrían ser llamados "diamantebergs". En español:
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