Desgarradora. Brutal. Desasosegante. Angustiosa. Son las primeras sensaciones que han brotado, como la arcada que termina en vómito, cuando he visto por primera vez una de las fotos merecedora del Pulitzer 2013. La imagen está tomada en Aleppo (Siria) en octubre de 2012. Su autor, el español Manu Brabo, ha captado un instante real, un retazo de desesperación, un zarpazo desgarrador, una herida sangrante, un llanto dolorido, un grito agónico, un rastro de muerte.
Comentarios
La imagen, expresiva como pocas, encoge el alma a quien contempla el gesto desesperado del padre que se aferra al cuerpo exangüe de su hijo, a quien la locura humana le arranco el aliento y le nubló para siempre la mirada. Padre e hijo, en un solo movimiento de destrucción y de muerte en el que la vida se le escapa, también a él, por la piel ensangrentada del pequeño.