Hace 10 años | Por blacksmile a huffingtonpost.es
Publicado hace 10 años por blacksmile a huffingtonpost.es

Pasear por el cementerio de Lav, o por cualquier otro de Bosnia, enseguida se hace diferente al de hacerlo por cualquier otro cementerio del mundo. Miras una lápida, 1992, otra, 1993, otra, 1994, una más de nuevo, 1992, ahora 1995 y de nuevo 1993. Y así casi eternamente.