¿Qué tipo de directivo tiene y cuál querría tener en su empresa? ¿El líder talentoso y orgulloso tipo Cristiano Ronaldo, el que provoca enfrentamientos con la gerencia tipo Nicolás Anelka, el humilde que brilla según la circunstancia tipo Leo Messi, el imprescindible cuya función no se puede delegar en otro tipo Thomas Muller, o ninguno de ellos? ¿Acaso no compensa dejar que el liderazgo lo represente la totalidad del grupo? Pues ese liderazgo se llama 2.0, transversal, virtual o, simplemente, España: http://wp.me/pzlHd-7H
Ojalá el país pueda funcionar así algún día. España 2.0 donde todo tiene cabida y todos se respetan. Para eso, hace falta una Republica 3.0... en fin. Un hombre puede soñar! Gracias Dolores Ibárruri... digo gracias "roja".
No hacen falta los 2.0 ni los 3.0, en 1873 Bakunin ya decía que españa era la nación que más facilmente podía llegar a la verdadera organización de abajo a arriba, sin estados imperialistas, ni goviernos y menos aún gobiernos pseudopsocialistas.
Mientras los holandeses mostraban la peor cara del fútbol, ese futbol bruto sin clase en el que todo vale con tal de ganar, los portugueses se encomendaban a la individualidad, los franceses eran incapaces de mostrarse unidos; los españoles hemos sido capaces de hacer con el fútbol lo mismo que ya hicimos con el baloncesto: anteponer el grupo a los interés individuales y demostrar que los 22 eran igual de importantes para el éxito del equipo. Unos por entrar en el 11 inicial y otros por apoyar sin fisuras al equipo. Solo así se consigue que las victorias sucedan de manera natural.
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Ojalá el país pueda funcionar así algún día. España 2.0 donde todo tiene cabida y todos se respetan. Para eso, hace falta una Republica 3.0... en fin. Un hombre puede soñar! Gracias Dolores Ibárruri... digo gracias "roja".
No hacen falta los 2.0 ni los 3.0, en 1873 Bakunin ya decía que españa era la nación que más facilmente podía llegar a la verdadera organización de abajo a arriba, sin estados imperialistas, ni goviernos y menos aún gobiernos pseudopsocialistas.
Mientras los holandeses mostraban la peor cara del fútbol, ese futbol bruto sin clase en el que todo vale con tal de ganar, los portugueses se encomendaban a la individualidad, los franceses eran incapaces de mostrarse unidos; los españoles hemos sido capaces de hacer con el fútbol lo mismo que ya hicimos con el baloncesto: anteponer el grupo a los interés individuales y demostrar que los 22 eran igual de importantes para el éxito del equipo. Unos por entrar en el 11 inicial y otros por apoyar sin fisuras al equipo. Solo así se consigue que las victorias sucedan de manera natural.