Hasta la crisis del año 2008, nadie se había preguntado cómo se gestionaba el dinero que circulaba por la City. Pero tras el colapso financiero, está bajo sospecha. Los últimos escándalos han impulsado una reforma bancaria, pero quienes mueven los hilos de la City no quieren que esté más regulada. Saben el poder que tienen: su importancia económica representa el 15% del PIB de Reino Unido. Londres es, en la práctica, un gran paraíso fiscal según Tax Justice Network. Demasiado grande para caer, demasiado influyente para no vigilarla.
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