El laboratorio de Agbar ha detectado trazas de cocaína en el agua del Llobregat que llega a la planta potabilizadora de Sant Joan Despí, lo que confirma que su consumo, como droga estimulante o como fármaco, está a la orden del día. El agua se hace con todo lo que toca y, por supuesto, con los fluidos que circulan por el cuerpo humano. Aunque haya depuradoras que filtren el líquido residual que llega a los ríos y al mar, la cocaína, como otros fármacos o sustancias químicas, supera las barreras físico-químicas y biológicas.
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