Hace 10 años | Por FatherKarras a jotdown.es
Publicado hace 10 años por FatherKarras a jotdown.es

La Fórmula 1 es un pastel goloso. Dinero, fama, tías buenas, viajes internacionales, champán del caro, comisiones jugosas, jets privados, yates de cien metros y cosas que brillan por todas partes. Si Einstein decía que solo el universo y la estupidez humana son inabarcables, también lo es la codicia que supura el reino de la velocidad. Por ello, miles de moscas acuden a él, como las de la fábula de Félix María Samaniego.