El cerco de la Justicia se estrecha sobre Capio (ahora IDC Salud). El juez Marcelino Sexmero Iglesias, que ha admitido a trámite la querella presentada por la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) contra la privatización de hospitales, ha imputado a la compañía y ha ordenado buscar a sus verdaderos propietarios en los paraísos fiscales.
Otro juez que seguirá el camino del Elpidio. La fiscalía (que nunca ve indicios contra gente como Bono, la Infanta, etc) seguramente actuará contra él.
Yo soy pro Espe, porque me parece más competente, honesta, y cabal que la mayoría de los que la critican. Pero adjudicar la gestión de tantos hospitales a una empresa con accionistas ocultos no es muy presentable. Es tan poco presentable que no nos pueden presentar ni sus nombres. Esto apesta, es repugnante.
Si algo podemos hacer para cambiar el mundo sin movernos de la silla, es comenzar a tratar mal a los que ocultan su dinero o su identidad en estos países. Haciendo un poco de demagogia, no es difícil conectar su actitud evasora con el pan que le falta a miles de hogares de España. Se puede hacer de ello como se ha hecho con el dopaje en el deporte, que se conviertan en apestados sociales. El estado podría iniciar una campaña al estilo de la violencia de género, y que esta gente sepa a lo que se atiene si le descubren.
Comentarios
Mucho cuidado Sr. Juez, que está usted complicando a los de la "casta", y ya conocemos lo que le sucede a este tipo de Jueces, Garzón, Silva, etc.
A ver si esto tiene alguna relación:
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eldiario.esAtento Marcelino, que van a ir a por ti.
Pobre Marcelino el fiscal ya lo tiene en el punto de mira
Otro juez que seguirá el camino del Elpidio. La fiscalía (que nunca ve indicios contra gente como Bono, la Infanta, etc) seguramente actuará contra él.
Yo soy pro Espe, porque me parece más competente, honesta, y cabal que la mayoría de los que la critican. Pero adjudicar la gestión de tantos hospitales a una empresa con accionistas ocultos no es muy presentable. Es tan poco presentable que no nos pueden presentar ni sus nombres. Esto apesta, es repugnante.
Si algo podemos hacer para cambiar el mundo sin movernos de la silla, es comenzar a tratar mal a los que ocultan su dinero o su identidad en estos países. Haciendo un poco de demagogia, no es difícil conectar su actitud evasora con el pan que le falta a miles de hogares de España. Se puede hacer de ello como se ha hecho con el dopaje en el deporte, que se conviertan en apestados sociales. El estado podría iniciar una campaña al estilo de la violencia de género, y que esta gente sepa a lo que se atiene si le descubren.