El movimiento de los “forconi” (de las horcas, por ser éstas los instrumentos simbólicos que llevaban) nació en Sicilia en enero de 2012, protagonizado por las protestas de los transportistas y agricultores. Posteriormente se ha extendido por toda Italia y recoge a vendedores ambulantes, precarios, estudiantes, desempleados, inmigrados, incluso ultras de los clubes de fútbol y agitadores de extrema derecha.